Los Vehículos aéreos no tripulados (VANT), más conocidos como drones, son aparatos de alta tecnología que funcionan gracias a unas hélices o rotores que les permite mantenerse y propulsarse en el aire.
Aunque la mayoría de los modelos suelen tener cuatro hélices (por eso reciben también el nombre de cuadricópteros), se pueden encontrar drones de tres, seis y hasta ocho hélices. Las hélices más comunes en los drones son las de dos palas, aunque en algunos modelos se utilizan hélices de tres o cuatro palas.
Para que el dron se mantenga estable, dos de estas hélices rotan en un sentido y las otras dos lo hacen en sentido contrario.
Cada una de las hélices se impulsa mediante un pequeño motor propulsado electrónicamente. Este sistema de motores y hélices independientes es muy útil porque permite que el aparato pueda seguir volando en caso de que alguno de los motores deje de funcionar.
Los drones se pilotan por control remoto y pueden realizar diferentes movimientos: pueden girar hacia la derecha o hacia la izquierda de su eje vertical y de su eje longitudinal, pueden elevarse en vertical o rotar hacia delante o hacia atrás en relación a su eje transversal. Todos estos movimientos se controlan ajustando la propulsión de cada hélice y esto se hace con un aparato denominado controlador (o controladora) central de vuelo, cuya función principal es que el dron mantenga un vuelo lo más estable posible.
El controlador central consta de diferentes componentes, uno de los principales es el magnetómetro, que mide la fuerza y la dirección del campo magnético y que funciona como una brújula que señala el polo norte magnético. La controladora recibe la información sobre la posición del aparato a través de una unidad GPS, que es un sistema de navegación y localización mediante satélite. Algunos profesionales utilizan también un magnetómetro independiente al que contiene el controlador de vuelo para evitar interferencias.
Otra función de la controladora de vuelo es trasmitir información al controlador de velocidad o ESC (Electronic Speed Control), que es el que hace que cada motor gire con las revoluciones necesarias para asegurar el vuelo.
Para alimentar de energía a todos los componentes electrónicos del aparato se usan baterías de tipo LiPo, que son fáciles de recargar y permiten alimentar todos los circuitos del dron. La capacidad de la batería que se use permitirá al dron una mayor o menor autonomía de vuelo. La potencia de la batería, junto con el número de motores del dron, serán los que posibiliten que el dron pueda recorrer una mayor o menor distancia.
El mando o transmisor de radio es el que permite dirigir el vuelo del dron y realizar ajustes a distancia. Normalmente se usa un aparato de control remoto pero actualmente también se puede pilotar un dron con un teléfono móvil.